Animus Iocandi: Si te crees lo que lees aqui, es tu problema

Del peligro y otras cosas…


Sali el otro dia con una amiga que quiero mucho.
Laura, la conoci en la primaria y desde entonces nos va de perlas; dicen que nos comportamos casi como hermanos, pues quien nos conoce, sabe que nos llevamos muy bien y somos muy unidos.
Ella es de cabello negro, como de cuervo, y blanca como una hoja de papel. Curiosa combinacion.
De entre sus muchas caracteristicas, la que mas se destaca son sus piernas, largas y torneadas, que se empeña en mostrar.
A mi no me agrada tanto la idea, me siento un poco como hermano mayor cuando otros hombres la miran.

«- ¿Porque te vistes asi… no te das cuenta que todos los hombres te miran con morbo?»

«-No me importa, el unico que quiero que me vea… no lo hace…»

Y me miro con sus ojos grandotes y verdes, tan bonitos como dos pozos de agua. Brillaban como un par de luceros.
Me senti un poco intrigado, pues nunca le he conocido pretendientes o incluso novios… muy raro, pues es una chica guapa e inteligente.
Desayunamos, fuimos un rato a la feria. Reimos.
Era yo ahora como el novio que jamas le conoci, me reflejaba en sus ojos bonitos, y su sonrisa me saludaba timida entre sus dos labios. Llego el atardecer, y es entonces que ocurre lo mas increible de esta historia.
Todo ocurrio rapido y repentino.
Como si el universo entero hubiera decidido ponernos en ese preciso momento, en ese mismo instante juntos a ella y a mi.

Su frente perlada de sudor.
Sus mejillas rojas y sus musculos contorsionados en un rictus de dolor.
Toda ella yacia cuan larga era en la alfombra, conmigo arrodillado junto a ella.
Mis manos torpes recorrian su cuerpo, sin saber que hacer exactamente.
Casi podia sentir su garganta, endurecida desde adentro, abrazada a un pedazo de carne muy grande como para tragarlo.
Yo se lo habia dado…
Sus ojos lagrimeaban, y me miraban como un corderito asustado. Me senti excitado y lleno de reproche a la vez.
La oia gemir cada vez que su garganta se apretaba, como un chillido ahogado, como agua pasando por una tuberia oxidada.
Su respiracion se entrecortaba, como si el aire le doliera al respirarlo.
La carne en su garganta iba cada vez mas y mas profunda, mientras yo sentia un extraño placer culposo y enfermizo de saber que era el causante de ese curioso fenomeno.
Cuando pense que no podia ser mas dificil para mi, ella me tomo por los muslos y me los rasguño frenetica, como si todo fuera a terminar. Su tos se ahogo en su garganta, obstruida por la carne que en ese momento no podia expulsar.
Sus ojos comenzaron a girar y a ponerse en blanco, su cuerpo se puso livido y sudor frio le cubrio cada centimetro de piel.
Yo solo podia acertar a mirarla, sin saber que hacer.
Como pude comence a presionarle el estomago, con la carne aun en su garganta.
De repente, todo salio.
Cubierto de mucosa, el pedazo de carne, largo y pellejudo salio como un tapon de su boca.
En su cara se veia el alivio que esto le causaba, tomo aire como si fuera la primera vez que lo hacia…

«-¿Estas bien, Lau?»

«-Si… aunque pense que iba a morir…»
El bistec que estaba comiendo mi amiga casi la ahoga, y yo no podia ayudarla, pues nunca aprendi primeros auxilios…

2 comentarios

  1. iba a morir como los tiranosaurios rex XD

    agosto 9 - 2011 en 1:14 PM

Deja un comentario